30 de enero de 2023 a las 19:00 h

La Mafia en imágenes

 Maurizio Bonora, profesor de Historia de la Fotografía en la UNITRE de Turín

 Tendrá lugar a través de ZOOM, en este enlace

Este estudio no representa la historia de la Mafia (y nos referimos a la siciliana, conocida también como Cosa Nostra), sino su relación con la fotografía, o mejor, cómo la fotografía la ha representado en el transcurso de decenios. Ésta nunca ha deseado y ha desconfiado de la máquina fotográfica, terrible invención que captura lugares, muertos y circunstancias para transformarlas en pruebas de acusación y, además, en memoria histórica. Sus palabras clave son, por el contrario, el silencio, la omertà, la inexistencia. Ha habido vistosas excepciones, como la foto de los hombres de honor en ascenso, en fiestas o por la calle de sus pueblos o el caso del bandido Salvatore Giuliano que, entrevistado y atrapado en la clandestinidad, comparece en las revistas de medio mundo; pero, en general, la Mafia transmite poquísimas imágenes de sí misma, sobre todo, porque ningún fotógrafo ha pensado jamás en sacarlas a escondidas, aparte Sergio Larrain.

Las imágenes han ofrecido, sin embargo, a finales de los años Treinta, la escenografía de muertos, anónimos o ilustres, mafiosos esposados, mujeres gritando vestidas de negro, funerales y escenas de masacres. Y esto ha sido posible gracias al trabajo cotidiano de un grupo de fotógrafos sicilianos y, en particular, palermitanos, que han desarrollado un enorme trabajo de crónica; entre otros, Giusto y Nino Scafidi, Letizia Battaglia, Franco Zecchin (milanés, pero casi palermitano de adopción), Shoba y Tony Gentile. El trabajo cuenta los años de “coppola e lupara” (sombrero y fusil de cañón recortado), el paso del campo a la nueva Palermo y la lucha sangrienta unida al reparto del mercado de la construcción salvaje y de la droga, hasta la escalada de las masacres de los años Noventa: un inmenso catálogo de guerra.

Pero narra también la condición de los niños y de las mujeres, la degradación de los barrios populares, el mundo oficial de la política, los salones y las fiestas de la aristocracia y un evento, en su día pasado al olvido: el funeral de Peppino Impastato, considerado un terrorista pero, en realidad, un grande y un valiente anti mafioso asesinado por la Mafia.

Después, a partir de la segunda mitad de los años Noventa, desaparece de las calles y se vuelve anónima, casi inexistente, confundiéndose en la sociedad civil y en el tejido político y económico de Italia, pero también del extranjero. Pero dos fotógrafos, Tommaso Bonaventura y Alessandro Imbriaco, y un periodista, Fabio Severo, han tratado de representarla fotografiando la idea de la Mafia, una de las cosas más difíciles.

Y lo han conseguido.

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