Ángel Pineda Pérez
No logro precisar la fecha del sucedido que voy a relatar, pero creo que sería en 1975 cuando me encaminé a la sección discográfica de unos grandes almacenes en Sevilla. Iba con la idea de comprar un LP de Jehtro Tull, grupo al que unos amigos me acababan de introducir. Me compré un LP con una portada de una aparente reunión de pastores, con el nombre de este grupo. La música me causo una impresión diferente de la que me habían puesto con anterioridad, muy diferente de lo que se estaba escuchando por mis conocidos en ese momento. Difícil de asimilar, pero, dándole un poco de tiempo, empezó a parecerme sorprendente. Comencé a realizar una pequeña colección de Jehtro Tull, buscando más de lo que me ofrecía ese LP. Pero todos los trabajos siguientes carecían del brillo, de la genialidad del primero. Frustrado de no encontrar una continuidad en esa música que me había cautivado, me di por vencido de lograr encontrar algo parecido.
No sería hasta años después, escuchando repetidamente ese LP, cuando descubrí que la etiqueta pegada al LP señalaba a este como de Roxy Music. Algún desaprensivo cambió el LP de funda y con esa acción diabólica me impidió seguir las sucesivas obras de este grupo maravilloso.
Tanto trabajo, una vida muy intensa y precipitada. Unas inversiones en muebles e inmuebles, que, al paso de los años, se cuestionan. Un paso decidido en la calidad de vida, de la casa vecinal de nuestros antepasados, al chalet de lujo que disfrutamos. Lujoso desde la puerta hasta su último rincón. Casa engarzada en urbanizaciones de alto standing. Para disfrutar de su exclusividad y protegernos del robo, se fomenta el aislamiento, todo ello deviene en una especie de jaula de oro, donde las personas no interaccionan. Todos los adelantos tecnológicos aparentan ser necesarios para estas mansiones de lujo. Pero, ¿todo esto para qué?, ¿qué hacer allí dentro?
In every dream home a heartache
And every step I take
Takes me further from heaven
Is there a heaven?
I’d like to think so
Standards of living
They’re rising daily
But home oh sweet home
It’s only a saying
From bell push to faucet
In smart town apartment
The cottage is pretty
The main house a palace
Penthouse perfection
But what goes on?
What to do there?
Better pray there
En el verano de 1976 estuve en Eastbourne, Reino Unido. Fui a aprender inglés, me alojé con una familia de clase media baja. Tenían un hijo de mi edad con el que fue muy interesante confrontar nuestros gustos musicales de la época. Se sacan conclusiones muy válidas del momento musical que, con el paso del tiempo, se diluyen. Yo llegaba obnubilado con Pink Floyd, al hijo de mis anfitriones le sonaba a música progresiva; para él, venía ser como para intelectuales. La mayoría de sus coetáneos y todos los macarras del periodo, los cuales abundaban, eran seguidores de Queen, que eran desconocidos en España en esa época. Ni que decir que, a Roxy Music, ni se la esperaba en ese momento. A pesar de que For your pleasure había salido en 1973.
Culturalmente, nuestra sociedad lleva tiempo, desde mi primer viaje al Reino Unido por fijar un periodo, sumergida en una lucha de sexos, en una nueva definición de sus papeles, en un equilibrio del campo de juego, para lograr la igualdad.
Si, al aislamiento de tu chalet de lujo, sumamos esta dilatada guerra de sexos. Se producen fenómenos de un mayor aislamiento, por individuos de cada uno de los sexos que son incapaces de interaccionar o comprender el papel actual del otro sexo.
Por eso te tengo a ti, mi nena perfectamente embalada, tu piel es vinilo. Eres mi compañera perfecta, flotas en la piscina de mi nueva mansión y le das prestancia. Mi muñeca hinchable, deliciosa y lujosa. Mi papel en la vida es servirte, mi amante desechable, te visto diariamente. Mi aliento está dentro de ti, y seguiré contigo hasta mi última espiración. Mi muñeca hinchable es una amante desagradecida, yo hincho tu cuerpo pero tú has destrozado mi mente. ¡Oh! Todas esas aflicciones, aflicciones de la casa idilica.
I bought you mail order
My plain wrapper baby
Your skin is like vinyl
The perfect companion
You float my new pool
De luxe and delightful
Inflatable doll
My role is to serve you
Disposable darling
Can’t throw you away now
Immortal and life size
My breath is inside you
I’ll dress you up daily
And keep you till death sighs
Inflatable doll
Lover ungrateful
I blew up your body
But you blew my mind
Oh those heartaches
Dreamhome heartaches.
El señor Masayuki como muchos miles de japoneses, han puesto una muñeca en su vida. En el dilatado periodo que lleva con Mayu, su relación ha superado ampliamente la frontera de la relación puramente sexual. Se muestra encantado de servirla, la asea y la viste a diario y esta atento a que a ella no le falte nada. Ha encontrado su plenitud sirviendo a Mayu a la que no encuentra egoísta. Se siente incapaz de volver a tener una relación humana. Quiere que, al fallecer, lo entierren con Mayu. Alrededor de 2.000 muñecas anuales se venden en Japón, con un coste de entre 6.000 a 8.000 €. A la señora Masayuki le llevo tiempo asimilar la postura de su marido, su hija al principio tomó a Mayu como una muñeca más, más adelante compartieron la ropa. La señora Masayuki dice que para ella se quedan las tareas del hogar y que prefiere irse a la cama para descansar y ahorrarse el tener sexo.
También hay mujeres en nuestro país que buscan el embarazo, sin ligaduras a un hombre, con la idea de formar una familia monoparental. ¿Tendrá esto una consecuencia en la vida futura de ese bebe? A ello se llega por ese aislamiento que existe en algunos países entre los géneros, mientras que en la mayoría de los países, no existe ese problema. ¿Por qué? En España puede ser por la lucha feminista de la década de los 70 y 80. Mientras que en Japón, me inclino más por los derivados de la superpoblación en Tokio y los efectos nocivos de un trabajo absorbente que propician aún más el aislamiento de algunos de sus individuos.
El siguiente paso para este grupo de japoneses del que estamos hablando se vislumbra con claridad, será el robot femenino. En el futuro del transhumanismo, me haré implantar una serie de sensores para aumentar exponencialmente la relación erótica, lógicamente con mi robot femenino.
In every dream home a heartache,
Roxy Music.