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El 11-M, quince años después. Algunas preguntas y algunas respuestas.

Juan Manuel Álvarez Espada

Desde Encinasola…

 

Ayer se celebró el decimoquinto aniversario de los atentados «de Madrid, de Atocha, del 11-M»… ni siquiera nos ponemos de acuerdo en la forma de nombrar un horror.

Este aniversario viene marcado por las “revelaciones” del comisario Villarejo y los ecos de sus declaraciones en diferentes diarios en papel y electrónicos. Uno de ellos es el que he leído de Pedro J. Ramírez en el periódico “El Español”, cuyo título es El 11-M y los mercaderes del Quijote (1).

No puedo estar más en desacuerdo con su contenido, dado que su línea argumental se basa en los archiconocidos agujeros negros, y en una posible conspiración internacional para un “cambio de timón” en la política española de aquel año. En unos días, hemos pasado de que la base de los atentados estaba en el Líbano, a que quizás Marruecos tuviera algo que decir con respecto a dichos atentados o que posibles espías franceses fueron contratados para eliminar pruebas que condujeran a la autoría de la masacre.

Formulemos algunas preguntas e intentaré responderlas.

1) ¿Estuvo Al-Qaeda implicado en el atentado?

No. Como organización terrorista, dirigida por Bin Laden, no hubo una orden jerárquica para la comisión de los atentados. Pero el hombre de Bin Laden en España, Abu Dahdah (nombre de guerra) fue una de las causas por las que se produjeron las masacres.

Abu Dahdah fue detenido en la operación Dátil, el 13 de noviembre de 2001. Se le acusaba de ser el responsable de Al-Qaeda en España y de colaborar en la preparación de los atentados del 11-S. Con él, fueron detenidas once personas (una en Granada y diez en Madrid). Se desarticuló la red de Al-Qaeda en España. ¿Toda?, no, se escaparon varios elementos menores que luego saldrán a la luz a raíz de los atentados del 11-M: El tunecino, Jamal Zougam, Amer Azizi y alguno más. Amer Azizi, será la primera pieza clave para saber quienes fueron los autores intelectuales de la matanza.

El día 11-M se juzgaban en Madrid a 24 personas pertenecientes a Al-Qaeda por utilizar a España como «lugar o base para el descanso, la preparación, el adoctrinamiento, el apoyo y la financiación» de Al Qaida, habiendo ultimado en territorio español la «fecha exacta» de los atentados del 11-S contra EEUU. ¿Coincidencia?, pudiera ser.

Al-Qaeda se instaló en España en 1994 de la mano de dos individuos. De ellos, el más importante era el español de origen sirio Mustafa Setmarian. Este es la segunda pieza clave para conocer la autoría intelectual.

Mustafá Setmarian escaló posiciones como jefe de Al-Qaeda en España. Setmarian, estaba a su vez muy relacionado con el GIA (Grupo Islámico de Combate) grupo terrorista argelino que se formó en 1990 con miembros de otros grupos terroristas argelinos como el MIA, el FIS y terroristas argelinos procedentes de Afganistán. Una vez establecida la base, dejó a Abu Dahdah como jefe de Al-Qaeda y escapó de España, instalándose en Londres. Fue él quien dio instrucciones a terroristas del GIA para que “golpearan fuerte” a Francia debido a su apoyo a Argelia, cosa que hicieron en varias acciones, la más importante, contra un tren de cercanías en Julio de 1995. Murieron 8 personas y decenas resultaron heridas. Setmarian dejó a Abu Dahdah al cargo de la red de Al-Qaeda en España.

Todos estuvieron controlados por la UCIE (unidad central de inteligencia exterior) de la policía nacional. No obstante, la legislación española, tan garantista para casi todo, no permitió hasta muy tarde las escuchas necesarias entre ellos antes de montar la red. Ya en 1997, la UCIE pronosticaba la posible comisión de atentados de gran envergadura en España. Pero no se hizo nada.

Es verdad que Osama Bin Laden amenazó explícitamente a España en octubre de 2003. Pero como indicaré más adelante, la decisión de atentar en España se tomó en 2001 y la red del 11-M se configuró en 2002 tal como la conocimos.

2) ¿Quiénes fueron los autores materiales de los atentados?

Quizás sea lo que más se ha sabido. Como indiqué anteriormente, elementos que se escaparon de la operación Dátil, fueron los artífices de la creación de la célula terrorista de Madrid. De todos ellos el tunecino era el más radical y el más pegado a su guía Abu Dahdah. La UCIE lo siguió desde mediados de 2002 y en las escuchas grabadas, aparecen Jamal Zougam (marroquí) y Allekema Lamari (argelino). Además, aparecen alrededor de 20 individuos más o menos cercanos al centro de esta red y que, o bien fueron detenidos en diferentes años, o bien se suicidaron en Leganés en 2004. Lamari (se suicidó), militante del GIA, preparó atentados en España contra Argelia y Francia y fue detenido en varias ocasiones. Fue condenado a 14 años, pero cumplió menos de la mitad. Lamari entró en la órbita del tunecino y puso en contacto a este por mediación de aquel, con el GSPC (grupo salafista para la predicación y el combate, actual AQMI -Al Qaida del Magreb Islámico) argelino. El CNI detectó estos movimientos en 2002 y 2003 y lo señaló como un elemento muy radicalizado. Es posible que el CNI pensara que este individuo estaba más centrado en hacer daño en Francia y relajó la vigilancia, pero se equivocaron y estaba más centrado en hacer daño en España (y con ansias de venganza contra España por su detención y su encarcelamiento).

Como tercer pilar, (los dos anteriores, recordemos que procedían de la estructura de Al-Qaeda y miembros del GSPC) tenemos a miembros del GICM (grupo islámico combatiente marroquí). El GICM ya había atentado contra intereses españoles, concretamente, el 18 de mayo de 2003 contra la casa de España en Casablanca, curiosamente días antes de las elecciones municipales del 25 de mayo (1 semana). Desde luego, puede resultar lógico, que la cercanía de las elecciones pudo influir en la comisión del atentado, aunque no es descartable también la necesidad de eliminar establecimientos de corte occidental. Sería necesario, por tanto, con un atentado de estas características contra España, pensar en intensificar las labores de inteligencia sobre las redes yihadistas.

No se hizo mucho más que labores informativas por parte de la audiencia Nacional. Dichas labores luego fueron bastante provechosas en fechas posteriores al atentado del 11-M. Alguno de los miembros del GICM establecieron un nodo en Bélgica que actuó de enlace entre la red yihadista del 11-M y otros nodos en Turquía y Pakistan.

Elementos del GICM fueron entrenados en campos de Afganistán y Pakistán. Según declararon algunos de ellos en el sumario del 11-M entre el entrenamiento recibido estaba la concepción de bombas y activación mediante teléfonos móviles. También recibieron entrenamiento en confección de explosivos por parte del GILC (Grupo Islámico Libio de Combate).

Por último, tenemos delincuentes comunes, traficantes en su mayor parte, pero con un denominador común, todos estaban bajo el liderazgo de Jamal Ahmidan “El Chino”. Se supo posteriormente que este individuo estuvo encarcelado en Marruecos y en España. Se radicalizó en la cárcel de Tetuán y conoció a Jamal Zougam. Él fue quien le habló del tunecino y, en algún momento de su vuelta a España, se unió a él. Con él, también se unió su banda que empezó a buscar explosivos, a cambio de droga, en el segundo semestre del año 2003. El Chino conocía a Rafa Zouhier, delincuente como el anterior y este le puso en contacto con Antonio Toro y este a su vez a su cuñado Trashorras. Él fue quien le facilitó los explosivos a finales de 2003. El último cargamento de explosivos lo trajo el Chino directamente en su coche en febrero de 2004. Fue parado por la Guardia Civil que, a pesar de tener placas diferentes al modelo del coche y portar documentación falsa, le dejaron pasar, previo pago de multa en metálico por exceso de velocidad.

3) ¿Quién puso el dinero y la infraestructura para cometer los atentados?

Todo el dinero necesario para la operación salió de robos en España, trapicheo de drogas, ventas de diferentes inmuebles y lo que tenían los participantes en sus cuentas bancarias. Según indica Fernando Reinares en su libro “¡Matadlos!”, el atentado costó unos 100.000 euros. Los terroristas disponían, después del 11-M, de más de un millón de euros para sus acciones.

Las instalaciones de Morata de Tajuña donde se montaron los explosivos y el piso de Leganés provenían de la infraestructura que tenía Al-Qaeda (Abu Dahdah y compañía) antes de su detención. El control en la gestión fue obra del tunecino y del Chino.

4) Los búlgaros fabricantes de bombas. ¿Fue un bulo o una realidad?

Se dijo en un momento determinado que las bombas las hicieron personas que no permitieron ser vistas, salvo por el Tunecino, para preparar las bombas y que parecían del este de Europa. Dentro de la red del 11-M existía un búlgaro, Toni Radev Milenov que estuvo residiendo en Madrid hasta el 3 de marzo de 2004, ese día huyo de España. Cuando fue detenido en Bulgaria por la policía, se le encontró un manual de fabricación de bombas. ¿Podría este individuo haber fabricado todas las bombas? Desde mi punto de vista, no lo creo. Al menos había tres personas con esas características: Milenov, Rabei Osman, el egipcio y Said Berraj. De los tres, el más llamativo era Rabei Osman. Este egipcio estuvo 5 años en el ejército de su país; de ellos, dos como especialista en explosivos. Formó parte del YIA (Yihad islámica egipcia) cuyo golpe más importante fue el asesinato de Anwar Sadat. Tuvo que huir y recaló en Alemania y de ahí a España y luego a Italia. Bien relacionado con el segundo en Al-Qaeda, Al Zawahiri, también egipcio. Berraj era electrónico a nivel de formación profesional y conocía electrónica y explosivos. Dada la disparidad en la preparación de las mochilas, muy posiblemente se repartieran el trabajo. No parece que hubiera nadie más.

5) ¿Por qué no se suicidaron los terroristas en los trenes?

Esta pregunta me la han hecho muchas veces. Si son yihadistas, deberían haberse suicidado. Por lo tanto, si no se suicidaron, los terroristas que pusieron las bombas eran otros que seguramente no eran musulmanes. En el 11-S se suicidaron, en Bali también, En Ryad o en Yakarta también. Es extraño, me dicen.

Realmente, si no se suicidaron, era porque querían seguir atentando. Tenían material explosivo y dinero. Se plantearon por tanto realizar más actos terroristas. De hecho, EL 2 de abril de 2004, un día antes del suicidio de Leganés, intentaron descarrilar un AVE. Se sabe también que tenían información de una finca recreativa judía en Hoyo de Manzanares, un colegio británico en Moncloa, e incluso alquilaron una casa en Albolote (Granada).

Cuando llegó el momento y se vieron rodeados fueron capaces de morir matando. Pero si eso no hubiese ocurrido, los atentados tenían ciertas especificidades que lo hacían fácilmente reconocible como atentado Yihadista: la búsqueda del máximo número de víctimas posible; la concatenación de los atentados de forma que fueron muchos en poco tiempo; la utilización de un mismo modus operandi en los atentados marca Al-Qaeda.

Sobre este último punto hay que indicar que, a diferencia de algunos medios de comunicación que indicaban la nula pericia en el arte de matar de los “moritos”, algunos de ellos tenían experiencia militar en Afganistán e Irak, o habían formado parte de otros grupos terroristas y sobre todo tenían manuales para utilizar elementos normales de nuestra vida como elementos desencadenantes del horror.

Por ejemplo, los teléfonos Mitsubishi, modelo Trium. ¿Por qué ese teléfono y ese modo de manejarlo?, pues porque ese modelo de teléfono se utilizó en otras ocasiones, en concreto en 2002 en la masacre de la Isla de Bali. También se encontraron este tipo de accionamiento con el modelo de teléfono en el arresto en febrero de 2003 de una célula de Al-Qaeda no fichada en Cataluña, gracias a la colaboración de Francia. El explosivo de esos atentados, iba a ser el mismo que en Bali y de TATP (peróxido de Acetona).

Por último, es importante hacer hincapié en el tema de explosivos, que indicaré más tarde, debido a que en boletines internos de Al-Qaeda en 2006, se indicaba que sería mejor utilizar un explosivo en base al TNT que materiales caseros, “debido al fuerte camuflaje con grupos terroristas como ETA y la controversia posterior”.
6) ¿Dónde, cuándo y por qué se tomó la decisión de atentar en España?

Para contestar esta pregunta, hay dos hechos fundamentales que hay que tener en cuenta. El primero es la reunión en Estambul en febrero de 2002 entre el GICL, el GICM y el GCT (grupo combatiente tunecino) donde se plantea que la lucha contra “el infiel” no debe ser en Afganistán o en otros países árabes, sino que hay que llevarlo a los países occidentales y golpear allí. En esa reunión participó el anteriormente aludido Al Azizi, clave para saber la autoría intelectual del 11-M. Se quería atentar en Marruecos y España, como así sucedió.

Previamente, en diciembre de 2001, se tomó la decisión de atentar en España propuesta por Al-Azizi y por un colaborador de Al-Azizi (no se sabe quién) compartido por Setmarian, anteriormente citado y con el visto bueno de Al-Zarqaui (líder de Al-Qaeda en Oriente). El motivo esgrimido fue el ansia de venganza en Al-Azizi por la persecución que estaba siendo realizada por el gobierno español sobre Al-Qaeda. La decisión se tomó en Karachi. Dicha decisión fue trasladada por Al-Azizi a El Tunecino. ¿Por qué lo sabemos?, porque Al-Azizi llegó a España a finales de 2003 de manera clandestina y se grabó una conversación entre este y el tunecino.

Por tanto, la decisión se tomó mucho antes del comienzo de la guerra de Irak, que actuó como coadyudante posterior al atentado. La fecha del 11 de marzo se tomó anterior a la fecha de convocatoria de elecciones, que apareció en el BOE del 20 de enero de 2004. Lo sabemos porque varios individuos de la red del 11-M (según el juicio recogido por F. Reinares en “¡Matadlos!”, y por Casimiro García-Abadillo en “La venganza”) de la red exterior en Bruselas, tienen anotadas en diferentes lugares, el 11/03 como fecha clave en documentos encontrados en una fecha tan lejana a la convocatoria de elecciones como el 19 de octubre de 2003. El día anterior, el 18 de octubre, Bin Laden emitió un comunicado pidiendo atentar en España. ¿Sería la señal convenida?

7) ¿Fue ETA la autora de la matanza?, ¿Participó en ella?

De ninguna de las maneras posibles. Ni en su alcance, ni en su forma de aplicar el terror para la consecución de sus objetivos políticos tiene absolutamente nada que ver con el terrorismo yihadista. Además, ETA estaba suficientemente infiltrada en aquella época y un atentado de esa envergadura se hubiese sabido inmediatamente.

Es verdad que se detuvo a la caravana del corredor de Henares con 500 kg de explosivos (controlada en todo momento por la Guardia Civil), la misma noche que la carga explosiva que el Chino había recogido de Asturias llegaba a Madrid, 29 de febrero, pero fue una coincidencia. ETA siempre se quería hacer notar en las elecciones, fueran las que fueran y los mandos policiales esperaban “el gran atentado”.

Es verdad también que existen algunas coincidencias con la localidad de Mieres, Trashorras, Toro y algunos etarras en cárceles asturianas, pero no pasa de un intercambio de información entre reclusos, como simple vanagloria de sus actos criminales. ETA, tenía por norma general conseguir sus propios explosivos mediante robo (Titadyn o Goma-2) o mediante fabricación (Amosal y Amonal).

8) ¿Realmente hubo servicios secretos de otros países implicados en el atentado?

De una manera directa, no. En aquellos años, de guerra contra el terror, si se hubiese encontrado algún tipo de vínculo, hubiese sido reprobado por la comunidad internacional, con EEUU a la cabeza.

Pero es posible que, de manera indirecta, algún servicio extranjero pudo haber hilado fino con los datos encontrados y haber obtenido conclusiones.

Ese país podría haber sido Marruecos, dado que la mayoría de los miembros de la red 11-M eran marroquíes. Un detalle, la reunión de 2002 en Turquía relatada anteriormente en el punto 6, fue comunicada a España después del atentado del 11-M.

En una conversación que mantuve con un alto dirigente del PP en el ministerio del interior, me dijo una cosa similar, “en estos casos, siempre hay alguien, ya sea de dentro o de fuera, que ve lo que otros no podemos ver”. Las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos no eran buenas, en aquellos años y la crisis de Perejil en 2002, así como la crisis de refugiados, el Sáhara o los acuerdos pesqueros hicieron mella en la relación con retirada de embajadores.

9) ¿Qué pasa con el tema de los explosivos?

Quizás este es el tema más controvertido y que más divisiones ha creado a la hora de afrontar la investigación del atentado. La diatriba en cuestión era averiguar el explosivo utilizado. Todos los investigadores estuvieron de acuerdo con que el explosivo era dinamita tipo goma (por el aspecto gelatinoso del mismo). El problema viene a la hora de identificar la marca de la dinamita goma. En las primeras horas de los atentados, el subdirector general operativo Díaz-Pintado, informó al ministro del interior y este al consejo de ministros de que el explosivo utilizado era “marca titadyne con cordón detonante”, explosivo habitualmente utilizado por ETA. Sin embargo, en los registros posteriores, se encontraron cartuchos sin utilizar en el vehículo de los terroristas y en una mochila abandonada, de la marca Goma-2 ECO. Se aclaró posteriormente que el comisario general de seguridad ciudadana, Santiago Cuadro, no le dijo al subdirector que la marca de la dinamita era Titadyne sino que “según los TEDAX, los daños causados inducían a pensar que era dinamita, posiblemente reforzada con cordón detonante”.

La política se mezcló entonces con la investigación dado que, si la dinamita era titadyne, la autoría se le podía achacar a ETA y si era Goma-2 ECO que era lo que se había robado de la mina asturiana y dado a la red del 11-M, se achacaba al atentado a estos y se podría utilizar contra el gobierno, echándole la culpa del atentado por la participación de España en la guerra de Irak.

Pero ¿qué diferencia hay entre estas dos dinamitas? La marca francesa Titadyne lleva entre sus componentes Dinitrotolueno (DNT) (solo los modelos 30F y 50 F, pero no el modelo 30 AG) y nitroglicerina y la Goma-2 ECO no lo tiene al sustituirse el DNT, altamente contaminante por otros componentes menos agresivos, el dibutilftalato y ftalato de dibutilo. Para enfollonar todavía más el asunto, en la mina de donde salieron los cartuchos de dinamita también se encontraron cartuchos de Goma-2 EC que tiene los mismos componentes que el titadyne.

En las pruebas periciales posteriores con muestras ínfimas y ya lavadas, los expertos encontraron discordancias en los diferentes puntos de muestreo (trenes, coches de los terroristas, mochilas, etc.) sobre la marca de dinamita utilizada, pero la poca cantidad de muestras y posibles contaminaciones por mala praxis de los analistas de los TEDAX han impedido hasta el día de hoy saber con exactitud la marca de la dinamita utilizada. Un análisis más fidedigno con los restos de los trenes no se pudo realizar dado que los trenes fueron desguazados inmediatamente.

Además del lío de las marcas de la dinamita, apareció un nuevo elemento en los análisis posteriores, la metenamina. Este compuesto del nitrógeno con grupos funcionales procedentes del metano se utiliza tanto en medicina como en algunos explosivos militares como el explosivo plástico checo Semtex o el americano C4. También se utiliza en los cordones detonantes. No obstante, en los análisis finales no se incluyó dado que las cantidades fueron ínfimas y sugiere una posible contaminación.

Que explotó Goma-2 ECO es claro, pero que además explotó otra marca de dinamita hoy en día es bastante incuestionable debido a las múltiples pruebas periciales que se realizaron. Lo más seguro, después de leer los informes químicos de los 8 peritos, es que esa segunda marca de dinamita fuera Goma-2 EC también presente en la mina que los traficantes de explosivos asturianos habrían almacenado, dado que esta se dejó de fabricar en 1992.

10) ¿Se equivocó el PP o lo equivocaron?

Las dos cosas. Por un lado, le equivocaron por las informaciones que suministraron los mandos policiales y los servicios de información policiales al gobierno que apuntaban a ETA por tres hechos claros: la información errónea de Díaz Pintado en la marca de la dinamita, los intentos de atentado en la nochebuena de 2002 en el tren Irún – Madrid y de Baqueira Beret con mochilas bomba y por último la posibilidad sobre la existencia de un posible “comando loco” a raíz de los comentarios indiscretos de Josu Ternera en un aeropuerto de Alemania (“Este Aznar se va a enterar, no se va a ir de rositas”). Los mandos policiales estuvieron seguros de tener un caso cerrado, demasiado pronto.

Por otro lado, también se equivocó al centrar la responsabilidad en datos no del todo claros y no incluir en sus decisiones, los datos procedentes del CNI como así lo indica Jorge Dezcallar en sus memorias. En el CNI se abrieron, desde el primer momento, dos líneas de investigación paralelas (ETA y comando yihadista), la línea de investigación de ETA enseguida decayó a raíz de la localización de la furgoneta Kangoo ese mismo día a las 10 de la mañana y comprobar la existencia de cintas coránicas, que la matrícula de la furgoneta no estaba doblada, y la no existencia de bomba trampa en el vehículo, prácticas habituales de ETA.

Los estudios anteriores de expertos del CNI, indica Dezcallar, presagiaban un muy posible atentado yihadista en España. Ese presagio aumentó claramente con el atentado contra la casa de España en mayo de 2003 y las proclamas de Bin Laden en octubre de ese mismo año.

Faltó por parte del gobierno prudencia a la hora de enfocar este gran atentado que por otro lado dejó en estado de shock no solo al gobierno sino a la práctica totalidad de los españoles. Sólo unos pocos, predijeron lo que iba a suceder.

Este nuevo terrorismo era completamente diferente al que había luchado en España durante años. Era completamente plano, sin jerarquías reseñables, se movía bien por las primigenias redes informáticas y telefónicas. Se autoabastecía, sin necesidad de grandes esfuerzos. Muchos de los elementos de la red del 11-M estaban siendo seguidos o eran confidentes, pero existía una pléyade de organizaciones policiales y de inteligencia (UCIE, CNP, GC, CNI, UCO) que no compartían información y los terroristas aprovecharon los huecos. Parece mentira que España, acostumbrada a luchar contra el terrorismo, no tuviera un acceso conjunto a la información. Esto se consiguió con la fundación del Centro Nacional de Coordinación Terrorista (CNCA) en mayo de 2004 y su integración en 2014 en el Centro de Inteligencia contra el terrorismo y el crimen organizado (CITCO).

Los atentados del 11-M fueron decididos fuera de España y en una época más temprana que su participación en la guerra de Irak. La fecha del atentado fue decidida con anterioridad a la fecha de convocatoria de elecciones. Los atentados fueron diseñados para vengar a los cientos de detenidos por yihadismo en España y por su colaboración con Francia, Argelia y Marruecos.

No hubo, a mi parecer, conspiración, entendida como grupo internacional gubernamental o de participación de otras organizaciones como ETA, en el atentado. Sí hubo movimientos de ocultación de información debido a la necedad de ciertos mandos de gestión y de políticos, que no hicieron bien su trabajo. Setmarian y Azizi fueron los autores intelectuales de la masacre.

Setmarian, el español de origen sirio, fue detenido por los estadounidenses y encarcelado en una prisión secreta de la CIA, posteriormente, fue deportado a Siria donde desapareció a partir de 2005. Escribió varios libros sobre técnicas terroristas y de gestión y un artículo con su firma apareció en diciembre de 2018, pero no se le ha vuelto a ver.

Al – Azizi murió en Pakistán en 2005 en un ataque con drones de la CIA.

(1)https://www.elespanol.com/opinion/carta-del-director/20190310/mercaderes-quijote/382161783_20.html

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