Juan Manuel Álvarez Espada
Desde Encinasola
Tennessee Williams, fue un prolífico autor teatral muchas de cuyas obras fueron llevadas a la gran pantalla. Una de ellas, por la que además recibió el premio Pulitzer en 1955, fue La Gata sobre el tejado de zinc. Dirigida por Richard Brooks, contaba con gran tensión narrativa: los avatares de una familia sureña de los Estados Unidos, ante la proximidad de la muerte del patriarca y la relación de este con sus hijos, uno de ellos, en pleno proceso de autodestrucción. En el magistral duelo interpretativo entre Paul Newman (hijo) y Burl Ives (padre, quien se llevó, por cierto, el Óscar), surge una de las secuencias clave de la obra. La frase es larga, más bien un párrafo, pero la resumiré diciendo que un verdadero héroe, no es aquel que recibe la admiración de todos durante un partido de rugby, sino que el verdadero héroe es el que vive 24 horas, el que paga las deudas, el que tiene responsabilidades, el que suda cuando trabaja, el que finge amar a su mujer cuando el amor ya se ha perdido, el que tiene sueños malogrados y cuyo nombre no aparece en los periódicos hasta el día de su muerte (perdonadme si no soy suficientemente exacto).
Hace unos días Diosdado Cabello, expresidente de la asamblea de Venezuela e ínclito representante del partido que sustenta al presidente, por ahora, de Venezuela, calificaba de héroe a Miguel Ángel Aldana Barrena https://www.youtube.com/watch?v=DncsseeCDsk (alias Askatu, alias Angelín) un peón de albañil, que hasta su muerte fue miembro de ETA y que mató a 18 personas. No lo cogieron, huyó como lo que siempre fue, un cobarde. Nunca se arrepintió de ello, consideraba que defendía a su tierra, regándola con la sangre de inocentes que ayudaron a hacerla próspera. Resulta patético verle en su lecho de muerte con el puño en alto.
Patético resulta también ver a Diosdado cómo lee una cuartilla, que ni él mismo se la cree. Héroe defensor de los derechos humanos, dice. Héroe defensor frente a una potencia colonialista, dice.
Antonio, era hostelero, supongo que como otros muchos tuvo que sudar para prosperar y sacar adelante a su familia, no sé si tenía deudas o no, si fingía amar a su mujer cuando el amor se había marchado ya. Antonio solo salió en los periódicos cuando fue asesinado en 1979 por este y otros criminales como él. Antonio fue un héroe. Un héroe que vivía como tal 24 horas al día, y que a pesar de estar amenazado y haberse ido de la que consideraba su tierra (llevaba 30 años) volvió. No se si por un impulso de heroicidad o por echar de menos aquello que a veces se pierde, la tierra. Terminó perdiendo la vida.
Sé que no me vas a escuchar, Diosdado. Sé que no me vas a leer, Diosdado, pero si por un casual lo hicieras, te diré que Antonio es un verdadero héroe, Diosdado. No al que tratas como tal, que vivió y murió como un cobarde.
Gracias Antonio.
(PD: Antonio, es Antonio Pérez García, asesinado por ETA el 17 de Mayo de 1979 en Lemona, Vizcaya)